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Clergy Abuse Survivors Sue Vatican, Seek Release of 3,400 Perpetrator Names

 

Our law firm is launching a bold action against the Vatican designed to disclose and disgorge all the names of all the offenders that only they know—thousands of offenders and the histories behind them, including offenders who are involved in cover-up and are still at large, such as Archbishop John Nienstedt, Cardinal McCarrick, Archbishop Apuron and other top officials.

It is also on behalf of five courageous survivors, three of whom have never been public because they were abused by Curtis Wehmeyer and concealed by Archbishop Nienstedt, who is still at large and given license to continue to move around the country by the current Pope.

This lawsuit really does not focus on financial recovery. It focuses upon the longstanding patterns and practices by the papacy adhering to secrecy. These survivors are standing up to disgorge and excavate and require the Vatican to come clean with all the names and the histories of all the offenders, including the top officials Nienstedt, McCarrick, Apuron, and others.

Nuestra oficina está lanzando una acción fuerte en contra del Vaticano diseñado a revelar y descargar todos los nombres de los delincuentes que solo ellos conocen-miles de delincuentes y sus historiales de trabajo que llevan, incluyendo a los delincuentes que están involucrados en el encubrimiento y que siguen libres, como el Arzobispo John Nienstedt, el Cardinal McCarrick, el Arzobispo Apuron y otros oficiales de alto rango.

También, es a nombre de los cinco sobrevivientes valientes, tres de los cuales nunca han hablado públicamente. Ellos fueron abusados por Curtis Wehmeyer y el crimen fue encubierto por el Arzobispo Nienstedt, quien sigue libre y se le dio licencia de continuar moviéndose en el país por parte del Papa.

Esta demanda no se enfoca en recuperar fondos. Se enfoca en la forma en que y las prácticas del Papa y como se adhiere a mantener esto un secreto. Estos sobrevivientes se paran firmes para descargar y excavar y exigirle al Vaticano que se confiese y de todos los nombres e historiales de trabajo de todos los delincuentes, incluyendo a los oficiales de alto rango Nienstedt, McCarrick, Apuron, y otros.